Las exigencias planteadas a las bibliotecas se han incrementado y se ha reducido la financiación estatal. Así, el reto para las bibliotecas consiste tanto en enfrentarse a la realidad de los recursos escasos como en explicar al público el valor de las bibliotecas públicas. Las bibliotecas tienen que aceptar que actualmente la financiación estatal debe complementarse con recursos procedentes de otras fuentes. En el futuro, serán necesarios los esfuerzos de todos los interesados en el bienestar de las bibliotecas para que sobrevivan. El presente trabajo no pretende llevar hasta sus últimas consecuencias el debate entre servicios públicos gratuitos y onerosos. En la práctica, lo importante será designar aquellos servicios centrales que deben seguir siendo gratuitos, al tiempo que las bibliotecas deberían buscar fuentes adicionales de ingresos a fin de limitar los efectos de los recortes de fondos.