En el cruce de caminos que existe entre el sistema educativo y el mercado laboral, la Formación Profesional es un crisol fundamental para alcanzar la adaptación a los cambios sociales, culturales y económicos. Desde la Fundación Bertelsmann consideramos que el potencial que encierra la Formación Profesional de nuestro país resulta decisivo para las oportunidades de futuro de la mayoría de los jóvenes, del mismo modo que también lo es para la productividad de una sociedad que está basada en el conocimiento.